miércoles, 30 de marzo de 2011

Bosquimanos en el Ártico, Jorge Riechmann

1
El petróleo barato
y el automóvil
fueron la gran trampa
donde vamos a sucumbir
un siglo después
2
Es el empecinamiento en no perder
lo que al final hace inevitable la catástrofe
Ya es demasiado tarde para frenar
el desastre ecológico dice Donna Leon:
todo lo que leo indica que lo es
La lúcida novelista de New Jersey
tiene razón sólo parcialmente
Por una parte
la biosfera va a seguir:
sin traje de fiesta, eso desde luego
sino sólo harapos raídos
durante largo tiempo
mientras se va recuperando
gracias al buen hacer de su ejército de sastrecillos
valientes
e inextinguibles:
insectos
hongos
algas
bacterias sobre todo
Siempre nos quedarán las bacterias

Por otro lado
ni siquiera los causantes del estropicio
vamos a recibir el castigo que colectivamente
sin duda merecemos:
los seres humanos somos
supervivientes natos
(Por no apelar más que a experiencias
locales y recientes:
¡pero si hemos sobrevivido a José María Aznar!)
Quiero decir que quedarán
algunos bosquimanos en el Ártico
transformado eso sí en Mediterráneo
pequeños grupos
de los que hemos desdeñado por “primitivos” que conserven
un dedalico de sabiduría
y la capacidad de aguantar malos tiempos
salir adelante con muy poco
y aprender de las desgracias
En fin: los cazadores-recolectores
que esta vez sepan poner a tiempo
a Prometeo en su sitio
tendrán en los siguientes 500 millones de años
una segunda oportunidad.


Poema que descubrí en un interesante programa de TVE2 http://www.rtve.es/television/nostromo/

miércoles, 23 de marzo de 2011

Fragmento de "1984" de George Orwell


Éste es un pequeño fragmento de la novela distópica de Orwell. Sin lugar a dudas trata de ironizar sobre por qué no debemos de vulgarizar y/o banalizar el lenguaje...:
—¿Cómo va el diccionario?— dijo Winston elevando la voz para dominar el ruido.
—Despacio (…)Le estamos dando al idioma su forma final, la forma que tendrá cuando nadie hable más que neolengua. Cuando terminemos nuestra labor, tendréis que empezar a aprenderlo de nuevo. Creerás, seguramente, que nuestro principal trabajo consiste en inventar nuevas palabras. Nada de eso. Lo que hacemos es destruir palabras, centenares de palabras cada día. Estamos podando el idioma para dejarlo en los huesos. De las palabras que contenga la onceava edición, ninguna quedará anticuada antes del año 2050.La destrucción de las palabras es algo de gran hermosura. Por supuesto, las principales víctimas son los verbos y los adjetivos, pero también hay centenares de nombres de los que puede uno prescindir. No se trata sólo de los sinónimos. También los antónimos. En realidad ¿qué justificación tiene el empleo de una palabra sólo porque sea lo contrario de otra? Toda palabra contiene en sí misma su contraria. Por ejemplo, tenemos «bueno». Si tienes una palabra como «bueno», ¿qué necesidad hay de la contraria, «malo»? Nobueno sirve exactamente igual, mejor todavía, porque es la palabra exactamente contraria a «bueno» y la otra no.
Por otra parte, si quieres un reforzamiento de la palabra «bueno», ¿qué sentido tienen esas confusas e inútiles palabras «excelente, espléndido» y otras por el estilo? Plusbueno basta para decir lo que es mejor que lo simplemente bueno y dobíeplusbueno sirve perfectamente para acentuar el grado de bondad. Es el superlativo perfecto. Ya sé que usamos esas formas, pero en la versión final de la neolengua se suprimirán las demás palabras que todavía se usan como equivalentes. Al final todo lo relativo a la bondad podrá expresarse con seis palabras; en realidad una sola. ¿No te das cuenta de la belleza que hay en esto, Winston? (…) Tú no aprecias la neolengua en lo que vale —dijo Syme con tristeza— Incluso cuando escribes sigues pensando en la antigua lengua. He leído algunas de las cosas que has escrito para el Times. Son bastante buenas, pero no pasan de traducciones. En el fondo de tu corazón prefieres el viejo idioma con toda su vaguedad y sus inútiles matices de significado. No sientes la belleza de la destrucción de las palabras. ¿No sabes que la neolengua es el único idioma del mundo cuyo vocabulario disminuye cada día?(…)¿No ves que la finalidad de la neolengua es limitar el alcance del pensamiento, estrechar el radio de acción de la mente? Al final, acabamos haciendo imposible todo crimen del pensamiento. En efecto, ¿cómo puede haber crimental si cada concepto se expresa claramente con una sola palabra, una palabra cuyo significado esté decidido rigurosamente y con todos sus significados secundados eliminados y olvidados para siempre? Y en la onceava edición nos acercamos a ese ideal, pero su perfeccionamiento continuará mucho después de que tú y yo hayamos muerto. Cada año habrá menos palabras y el radio de acción de la conciencia será cada vez más pequeño. Por supuesto, tampoco ahora hay justificación alguna para cometer crimen por el pensamiento. Sólo es cuestión de autodisciplina, de control de la realidad. Pero llegará un día en que ni esto será preciso. La revolución será completa cuando la lengua sea perfecta. (…) ¿No se te ha ocurrido pensar, Winston, que lo más tarde hacia el año 2050, ni un solo ser humano podrá entender una conversación como esta que ahora sostenemos?

—Excepto... —empezó a decir Winston, dubitativo, pero se interrumpió alarmado.
Había estado a punto de decir «excepto los proles»; pero no estaba muy seguro de que esta observación fuera muy ortodoxa. Sin embargo, Syme adivinó lo que iba a decir.

—Los proles no so seres humanos. Hacia el 2050, quizá antes, habrá desparecido todo conocimiento efectivo del viejo idioma. Toda la literatura del pasado habrá sido destruida. Chaucer, Shakespeare, Milton, Byron... sólo existirán en versiones neolingüístcas, no sólo transformados en algo muy diferente, sino convertidos en lo contrario de lo que eran. Incluso la literatura del partido cambiará; hasta los slogans serán otros. ¿Cómo vas a tener un slogan como el de «la libertad es la esclavitud» cuando el concepto de libertad no exista? Todo el clima del pensamiento será distinto. En realidad, no habrá pensamiento en el sentido en que ahora lo entendemos. La ortodoxia significa no pensar, no necesitar el pensamiento. Nuestra ortodoxia es la inconsciencia.

martes, 22 de marzo de 2011

"Alquien" de Mario Benedetti


Alguien limpia la celda
de la tortura
que no quede la sangre
ni la amargura
alguien pone en los muros
el nombre de ella
ya no cabe en la noche
ninguna estrella
alguien limpia su rabia
con un consejo
y la deja brillante
como un espejo
alguien piensa hasta cuando
alguien camina
suenan lejos las risas
una bocina
y un gallo que propone
su canto en hora
mientras sube la angustia
la voladora
alguien piensa en afuera
que allá no hay plazo
piensa en niños de vida
y en un abrazo
alguien quiso ser justo
no tuvo suerte
es difícil la lucha
contra la muerte
alguien limpia la celda
de la tortura
lava la sangre pero
no la amargura.

domingo, 13 de marzo de 2011

"El orador Demades" Fábulas de Esópo


El orador Demades hablaba un día al pueblo de Atenas, mas como no prestaban mucha atención a su discurso, pidió que le permitieran contar una fábula de Esopo. Concedida la demanda, empezó de este modo:
- Demeter, la golondrina y la anguila viajaban juntas un día; llegaron a la orilla de un río; la golondrina se elevó en el aire, la anguila desapareció en las aguas.. - y aquí se detuvo el orador.
- ¿Y Demeter? -le gritaron- ¿Qué hizo?
- Demeter montó en cólera contra vosotros -replicó- porque descuidáis los asuntos del estado para entreteneros con las fábulas de Esopo.


miércoles, 9 de marzo de 2011

Fragmento de "La insoportable levedad del ser" de Milan Kundera

La fuente del kitsch es el acuerdo categórico con el ser. ¿Pero cuál es la base del ser? ¿Dios? ¿El hombre? ¿La lucha? ¿El amor? ¿El hombre? ¿La mujer?

Las opiniones sobre este tema son diversas y por eso hay también diversos tipos de kitsch: católico, protestante, judío, comunista, fascista, democrático, feminista, europeo, americano, nacional,
internacional.

Desde la época de la Revolución francesa la mitad de Europa se denomina izquierda mientras la otra mitad se llama derecha. Es casi imposible definir la una o la otra a partir de algún tipo de principios teóricos en los que se apoyen. Eso no es nada extraño: los movimientos políticos no se basan en posiciones racionales, sino en intuiciones, imágenes, palabras, arquetipos, que en conjunto forman tal o cual kitsh político. La idea de la Gran Marcha, por la que se deja embriagar Franz, es el kitsch político que une a las personas de izquierdas de todas las épocas y corrientes. La Gran Marcha es ese hermoso camino hacia delante, el camino hacia la fraternidad, la igualdad, la justicia, la felicidad y aún más allá, a través de todos los obstáculos, porque ha de haber obstáculos si la marcha debe ser una Gran Marcha.

¿Dictadura del proletariado o democracia? ¿Rechazo a la sociedad de consumo o incremento de la producción? ¿Guillotina o supresión de la pena de muerte? Eso no tiene la menor importancia. Lo que hace del hombre de izquierdas un hombre de izquierdas no es tal o cual teoría, sino su capacidad de convertir cualquier teoría en parte del kitsch llamado Gran Marcha hacia adelante.