martes, 26 de abril de 2011

El motivo de la resistencia es la indignación.

Os dejo un fragmento de Stéphane Hessel, de su ensayo ¡Indignaos! muy recomendable y del que posiblemente deje más fragmentos:

Se tiene la osadía de decirnos que el Estado ya no puede asegurar los costes de estas medidas sociales. Pero cómo puede faltar hoy dinero para mantener y prolongar estas conquistas, cuando la producción de la riqueza ha aumentado considerablemente desde la Liberación, periodo en el que Europa estaba en la ruina, si no es porque el poder del dinero, combatido con fuerza por la Resistencia, no ha sido nunca tan grande, tan insolente y tan egoísta con sus propios servidores, incluso en las más altas esferas del Estado. Los bancos, una vez privatizados, se preocupan mucho por sus dividendos y por los altos salarios de sus dirigentes, no por el interés general. La brecha entre los más pobres y los más ricos no ha sido nunca tan grande, ni la búsqueda del dinero tan apasionada.
El motivo principal de la Resistencia era la indignación. Nosotros, veteranos de los movimientos de resistencia y de las fuerzas combatientes de la Francia libre, llamamos a las jóvenes generaciones a vivir y transmitir la herencia de la Resistencia y de sus ideales. Nosotros les decimos: tomad el relevo, ¡indignaos! Los responsables políticos, económicos e intelectuales, y el conjunto de la sociedad no deben dimitir ni dejarse impresionar por la actual dictadura de los mercados financieros que amenaza la paz y la democracia. Os deseo a todos, a cada uno de vosotros, que tengáis vuestro motivo de indignación. Es algo precioso. Cuando algo nos indigna, como a mí me indignó el nazismo, nos volvemos militantes, fuertes y comprometidos. Volvemos a encontrarnos con esta corriente de la historia, y la gran corriente de la historia debe perseguirse por cada uno. Y esta corriente nos conduce a más justicia y libertad; pero no a la libertad incontrolada de la zorra en el gallinero. Estos derechos, recogidos en 1948 en un programa de la Declaración universal, son universales. Si conocéis a alguien que no los disfruta, compadecedlo, ayudadle a conseguirlos.

Fragmento de "¡Indignaos!" 
2010, Stéphane Hessel

martes, 12 de abril de 2011

Carta de un republicano actual a su bisabuelo.

 Querido bisabuelo:

           Son tiempos difíciles. Lo teníamos todo y más. Tanto tú como muchos otros tal vez votasteis “si” en 1978, o tal vez no. Si lo hiciste estoy convencido que lo hiciste para que pudiésemos pensar en el futuro, en democracia y en una primavera floreciente en que los lirios morados invadiesen esa tercera franja teñida con sangre. Siento tener que comunicarte esto, pero, atrás quedó las esperanzas de un gran futuro, la credibilidad de esta dictadura en transición duradera, la justicia. Atrás quedó hasta los que antes se llamaban socialistas. Y ahora, cómo han cambiado ¿Recuerdas cuando salía Felipe González y lo comparabas con Largo Caballero? Querido abuelo, ya no hay hoces y martillos, ya no hay un PCE fuerte y con grupo parlamentario. Las siglas PCE no se “sientan” en el congreso, ahora queda IU. ¿Los líderes? Bastante decentes. Han pasado buenos políticos como tu apreciado Marcelino Camacho y otros que tal vez no has llegado a oír pero que se han dejado la piel por salvaguardar esta, nuestra España, mentalmente marchita. Ya nadie recuerda quiénes lucharon por la democracia durante 40 años. Abuelo, ahora en el futuro, no hay tal primavera, los lirios siguen sin brotar y todavía no hay político alguno capaz de lavar la sangre reseca sobre la tela que hondea en cada ayuntamiento español.

Aquellos amigos del Régimen tienen alta representación en el parlamento, incluso llegan a presentarse en ciertas comunidades autónomas imputados por delitos de corrupción. Da igual, la ley tiene esas rencillas, los delitos prescriben. Mientras tanto los jueces que defienden la justicia son valorados en más de medio mundo cuando en nuestro querido país son repudiados y juzgados por defender aquello que antes llamábamos justicia (y que ahora parece llamarse prevaricación).
¿Recuerdas ETA? Ahora hay varias personas de la izquierda abertxale que ha decidido optar por vías pacíficas. Resulta que no le vale a nuestra dictadura en transición. Resulta que PP y PsoE quieren gobernar a toda costa y no se conforman con una injusta ley de partidos sino que poco a poco van trasquilando la democracia que nos queda. Ciertamente la existencia de estos partidos abertxales evoca al fin del terrorismo. Aquellos sinvergüenzas, amigos del antiguo Régimen, utilizan organizaciones y asociaciones de víctimas para hacer política y forzar no solo la dimisión del gobierno sino también la perpetuación de ETA. Parece ser que ETA hasta interesa. Da debate, del bueno, del repetitivo y cargante. El debate idóneo para causar por un lado morbo y por otro indignación al vulgo. ETA es una carta electoral. Y si solo fuese ETA… Todavía no tenemos una regulación educativa. Parece que la educación es otra carta electoral. En función del partido de turno (liberales o conservadores) la ley educativa es una u otra. Después de tanta lucha las instituciones religiosas tienen colegios en su poder y se permite que la docencia privada tenga toda oficialidad. La religión sigue siendo una asignatura más. Estos franquistas “gaviotiformes” no llenan las misas los domingos pero sí exigen obligatoriedad de la imposición religiosa desde la cuna. ¿Educación en España? En España no tiene lugar en la educación. La gente sale de la educación obligatoria sin saber que en España hubo democracia, que en España hubo fascismo y que España sufrió su propio holocausto. Parece ser más importante la religión que la historia. Llevan a rajatabla una serie de procesos educativos con el objetivo de dinamitar la curiosidad y el pensamiento crítico. Aún así, como decía Einstein, "es un milagro que la curiosidad sobreviva a la educación reglada".
¿Para qué vuestro sufrimiento? Viviste tres años de guerra, cuarenta de dictadura y unos pocos de transición. Te prometiste a ti mismo fallecer saboreando democracia y cantando el himno de Riego. Pensaste, mientras levantabas el puño, que aquel Jueves Santo y Rojo era el principio de algo grande. Pero no. Los gobernantes actuales unos sinvergüenzas, nos engañan, nos engañan, nos engañan. Y nosotros tontos, nos dejamos engañar, nos dejamos indignar, nos sumimos en la desidia y el conformismo mientras poco a poco van dinamitando las bases del sistema social. Ahora, tras el desplome del Muro de Berlín, no hay una potencia mundial que inste a las sociedades capitalistas a mantener lo público, no hay correlación de fuerzas. Han ganado. Poco a poco la gestión pública se somete al sector privado, poco a poco derechos fundamentales como educación y sanidad quedan para privilegiados. Hemos perdido aunque todavía no nos veamos perdedores. El capitalismo como sistema económico nos está llevando indudablemente al progresivo aumento de la diferencia interclasista, el pobre es cada vez más pobre y el rico es cada vez más rico. Ya ni los títulos universitarios nos salvan, somos la juventud sin futuro. “Negras tormentas agitan los aires y nubes oscuras nos impiden ver” aunque en Europa algo se mueve, en Islandia, en Inglaterra, en Grecia… La juventud en pie reclama sus derechos de nuevo. Estamos despertando. Queremos que Mayo del 68 resurja. Pero seguimos siendo minoría. Comprometida minoría de jóvenes con pensamiento crítico, con ganas de defender lo público, de levantar el puño y recuperar la Internacional ya no como himno comunista, sino más bien como canción de justicia para todas y cada una de las personas sobre la tierra. Cuanto más tiempo pase más dura será la lucha. Ya vimos las orejas al lobo hace unos años y fuimos pocos los que dijimos algo. Ahora su aliento impregna occidente… ¿Nos dejaremos devorar?
            Me gustaría que al igual que recuerdo tus enseñanzas y tus historias, los españoles algún día recuerden la República y sus gentes ejemplares. Me gustaría que la Constitución de 1931 se ejemplarizase en el Estado Español. Me gustaría que luchemos por un porvenir de primavera en el que lirios de intenso morado broten alimentándose de esa sangre seca y roja que antaño luchó para que hoy tengamos lo poco que tenemos que ya es mucho en comparación de lo que tuvieron ellos. Espero que allá donde estés puedas saborear la justicia y la democracia verdadera, sincera, laica que en tu país terrenal saboreaste unos pocos meses en 1936. Aunque la II República y sus gentes, al igual que tú, ya no están entre nosotros, ten claro que han fallecido dando un ejemplo que no se marchitará nunca.  No paremos, la transición no ha acabado.

¡Un cariñoso abrazo republicano!

Libertad y República.
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"Cuando en un pueblo se cierran las puertas de la justicia se abren las puertas de la revolución"  Sagasta

jueves, 7 de abril de 2011

Me canso de ser hombre


Sucede que me canso de ser hombre.
Sucede que entro en las sastrerías y en los cines
marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro
navegando en un agua de origen y ceniza.

El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos.
Sólo quiero un descanso de piedras o de lana,
sólo quiero no ver establecimientos ni jardines,
ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores.

Sucede que me canso de mis pies y mis uñas
y mi pelo y mi sombra.
Sucede que me canso de ser hombre.

Sin Embargo sería delicioso
asustar a un notario con un lirio cortado
o dar muerte a una monja con un golpe de oreja.
Sería bello
ir por las calles con un cuchillo verde
y dando gritos hasta morir de frío

No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas,
vacilante, extendido, tiritando de sueño,
hacia abajo, en las tapias mojadas de la tierra,
absorbiendo y pensando, comiendo cada día.

No quiero para mí tantas desgracias.
No quiero continuar de raíz y de tumba,
de subterráneo solo, de bodega con muertos
ateridos, muriéndome de pena.

Por eso el día lunes arde como el petróleo
cuando me ve llegar con mi cara de cárcel,
y aúlla en su transcurso como una rueda herida,
y da pasos de sangre caliente hacia la noche.

Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas húmedas,
a hospitales donde los huesos salen por la ventana,
a ciertas zapaterías con olor a vinagre,
a calles espantosas como grietas...



sábado, 2 de abril de 2011

Liberté. Paul Eluard

Paul Eluard. Salvador Dalí
En mis cuadernos de escolar
en mi pupitre en los árboles
en la arena y en la nieve
escribo tu nombre.

En las páginas leídas
en las páginas vírgenes
en la piedra la sangre y las cenizas
escribo tu nombre.

En las imágenes doradas
en las armas del soldado
en la corona de los reyes
escribo tu nombre.

En la selva y el desierto
en los nidos en las emboscadas
en el eco de mi infancia
escribo tu nombre.

En las maravillas nocturnas
en el pan blanco cotidiano
en las estaciones enamoradas
escribo tu nombre.

En mis trapos azules
en el estanque de sol enmohecido
en el lago de viviente lunas
escribo tu nombre.

En los campos en el horizonte
en las alas de los pájaros
en el molino de las sombras
escribo tu nombre.

En cada suspiro de la aurora
en el mar en los barcos
en la montaña desafiante
escribo tu nombre.

En la espuma de las nubes
en el sudor de las tempestades
en la lluvia menuda y fatigante
escribo tu nombre.

En las formas resplandecientes
en las campanas de colores
en la verdad física.
escribo tu nombre.

En los senderos despiertos
en los caminos desplegados
en las plazas desbordantes
escribo tu nombre.

En la lámpara que se enciende
en la lámpara que se extingue
en la casa de mis hermanos
escribo tu nombre.
En el fruto en dos cortado
en el espejo de mi cuarto
en la concha vacía de mi lecho
escribo tu nombre.
En mi perro glotón y tierno
en sus orejas levantadas
en su patita coja
escribo tu nombre.

En el quicio de mi puerta
en los objetos familiares
en la llama de fuego bendecida
escribo tu nombre.

En la carne que me es dada
en la frente de mis amigos
en cada mano que se tiende
escribo tu nombre.

En la vitrina de las sorpresas
en los labios displicentes
más allá del silencio
escribo tu nombre.

En mis refugios destruidos
en mis faros sin luz
en el muro de mi tedio
escribo tu nombre.

En la ausencia sin deseo
en la soledad desnuda
en las escalinatas de la muerte
escribo tu nombre.

En la salud reencontrada
en el riesgo desaparecido
en la esperanza sin recuerdo
escribo tu nombre.

Y por el poder de una palabra
vuelvo a vivir
nací para conocerte
para cantarte
Libertad
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Liberté.
Paul Eluard
in Poésies et vérités 1942
Ed. de Minuit, 1942