viernes, 6 de abril de 2012

Plegaria a un labrador

No puedo evitar recordar esta canción justo ahora que ciertos suicidios saben a asesinato. Dimitris no se suicidó porque llevaba muerto mucho tiempo. Primero mataron su esperanza, luego su dignidad, él solo adelantó lo que el hambre o la Mercadocracia genocida acabaría por hacer sin ser una vez más juzgada.

Yo también repito tus últimas palabras recordándote a ti y a otras muchas personas que les quiero y que les necesito y que hallarán en mi un amigo, un camarada, una persona:
"Creo que los jóvenes sin futuro cogerán algún días las armas y colgarán a los traidores de este país en la plaza Syntagma, como los italianos hicieron con Mussolini en 1945″.