A los que nos teñisteis el morado de sangre. A vosotros bestias sin entrañas, que nacisteis por helar el último suspiro de esperanza. Herederos de la peor calaña, carroñeros antihumanos que no os bastaron trece, ni mil, ni un millón, que, pétalo a pétalo, flor a flor arrancasteis la primavera de España degollando a guadaña la vida de los hombres de valor. Sois fascistas, gentes sin corazón que ejecutáis la razón para revolcaros, cerdos, en vuestra imposición.
¿Y ahora? Ahora poco cambia. Vomito de asco, de rabia, de veros todos los días por televisión. Hoy nos quitáis la libertad porque no vaciláis en torturar la dignidad, en asesinar la educación. Hoy, alimañas, no hay perdón porque os esmerasteis con saña en eliminar el recuerdo que jamás olvidó esta nación.
Ni olvido, ni perdón. DIGNIDAD, JUSTICIA, REPARACIÓN
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