Hoy hablan de puteros que gobiernan paises en Europa, de dictadores cuyo capital es multimillonario e intocable. Hoy hablamos de que todavía hay lamentables muros que guardan muros de lamentaciones. Hablamos que hay repúblicas caribeñas que son dictaduras y dictaduras africanas que son puras democracias. Hoy hablamos, y hablamos, y hablamos… Hablamos de la violencia de género, de terrorismo, de política… Hoy nos educan. Hoy vemos, oimos, hablamos… Pero, ¿dónde quedó Ética?
La Ética. Dama que se pasea desnuda por Palazzo Chigi. Dueña de aquellos invisibles ingresos egipcios que pueblan bancos extranjeros. Aquella que se encarga de gestionar el beneficio de los empresarios. La señorita Ética, aquella que justamente ilegaliza partidos que cumplen la ley de partidos. Es una buena mediadora para la democracia. Quizás llegue a gobernar algún día. ¡Qué sociedad más eticocrática!
La Ética es como debe de ser: respeta la moral y no se casa con nadie (a no ser de que la pueda pagar). La señoríta Ética se viste de mujer. No me llamen sexista. Ni mucho menos. En esta sociedad el poder todavía recae sobre los hombres, miren el top ten de “los más ricos”. Una cosa es el poder y otra el manejo del poder. Una sociedad sexista en la que los hombres tienen el poder pero la señorita Ética lo maneja. Porque todo se hace por Ética y todos los poderosos compran a Ética para acostarse con ella día sí y dia también. Porque Ética es complaciente y reconfortable. Porque Ética es bella pasión de todos y propiedad de unos pocos.
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